El húngaro antiguo, también conocido como rúnico húngaro, es la forma más antigua conocida de la lengua húngara. Se utilizó principalmente entre los siglos IX y XI, y los primeros ejemplos conocidos se remontan al siglo VIII.
La gran mayoría de las inscripciones en húngaro antiguo se encuentran en lápidas, muchas de las cuales se encuentran ahora en el museo nacional de Hungría, el Museo de Etnografía. La mayor colección de inscripciones en húngaro antiguo se encuentra en el cementerio de Székesfehérvár, la antigua capital de Hungría.
En general, se cree que la escritura se desarrolló a partir del alfabeto turco antiguo, aunque algunos estudiosos han sugerido que puede haber sido influenciada por los alfabetos latino o cirílico. El húngaro antiguo se escribe en una variante del alfabeto rúnico conocida como escritura rovás.
La escritura rovás consta de 27 letras, la mayoría de ellas basadas en caracteres latinos o cirílicos. Se desconoce la pronunciación exacta de la escritura, ya que la lengua no se habla desde hace siglos. Sin embargo, los estudiosos han podido reconstruir el sonido de la lengua basándose en las reglas conocidas del alfabeto turco antiguo.
El húngaro antiguo es una visión fascinante de la historia de la lengua y el pueblo húngaros. La escritura es una parte importante del patrimonio cultural húngaro y constituye una valiosa herramienta para los estudiosos de la historia del país.